"He lidiado con la depresión desde muy joven, desde que tenía 15 o 14 años. Ahí fue cuando, con la ayuda de profesionales, fue como, 'Oh, esto es algo a lo que me puedo agarrar'"
Mi mente se mueve a un millón de kilómetros por minuto. Tengo que hacer mucho trabajo para filtrar pensamientos y emociones, y voy mucho a terapia", continuaba. Y aporta una curiosa reflexión sobre su vida y la forma en la que tener buenos mecanismos para garantizar una salud mental, pueden cambiar para siempre la rutina de cada día. "Pero he aprendido a encontrarla bella, porque puedo sentir el mundo. Supongo que tengo muchas complejidades internas, pero no me drenan. No las hago el problema de nadie más"