"Más que en jubilarme, pienso en el día en el que muera", comentó Miyamoto. "Ahora mismo pienso en los próximos cinco años y en quién podría confiar para dejarle todo en el caso de que algo me ocurra. Estoy realmente agradecido por toda la energía que hay en las cosas en las que he trabajado. Son cosas que han ya han sido cultivadas por otras personas que las han ayudado a crecer, así que en ese sentido ya no tengo la sensación de ser su propietario".