Nuestro ataque rápido quita poca vida pero rellena más rápido la barra de espíritu. Al contrario nuestro ataque lento es más fuerte, gasta espíritu pero hace bajar más la barra del nivel. Aquí lo importante es hacer bajar la barra de espíritu del rival para dejarlo aturdido y vigilar nuestra propio medidor. Suena divertido y lo es.
Hasta aquí todo normal pero también tenemos la presencia de las magias. Con ellas hacemos acciones básicas como curarnos o lanzar bolas de fuego, teletransportarnos... Añaden un toque de fantasía que le sienta de maravilla al juego y le da un capa extra de profundidad. También están las bestias divinas, las artes marciales propias de cada arma y los objetos con los que ratear a los enemigos desde la distancia. Ya sabes, el clásico de tirar veneno desde lejos y esperar o vaciar un cargador de 100 flechas del tirón.