DESCUBRE EL MUNDO DE SANTUARIO
El estilo artístico de Diablo IV es sombrío y macabro, y recuerda en muchos aspectos a la truculenta atmósfera de Diablo II. Hay cinco zonas únicas en el juego, cada una de ellas con entornos lúgubres y mazmorras con temáticas relacionadas. Una de las metas artísticas del equipo era conseguir que cada escena fuera pareciese un cuadro, por lo que se utilizaron todos los colores y las texturas con la máxima meticulosidad para conseguir un efecto apropiadamente lúgubre.
Los monstruos que puedes encontrarte en el Santuario de Diablo IV se han creado con el máximo cuidado para que sean las versiones más siniestras y horribles de sí mismos. Los jugadores tendrán que abrirse paso luchando entre criaturas nuevas y antiguas, además de interactuar con los animales que se pueden encontrar normalmente en cada una de las zonas.
En Santuario hay montones de cosas que hacer: luchar contra hordas de enemigos, proteger pueblos donde refugiarse, realizar búsquedas secundarias, conquistar mazmorras... Los jugadores pueden moverse sin interrupciones entre las distintas zonas para explorar a su capricho todo lo que ofrece el gigantesco mundo abierto del juego.