Y por eso, niños, fue que se inventaron las correas. Para sujetar mejor los mandos a vuestras manos y que no se os escapen.
Los manuales de instrucciones y las pantallas de presentación te recordaban todo el rato de la importancia de tomar precauciones con los mandos para evitar estos accidentes. Y aun así los destrozos estaban a la vuelta de la esquina.
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