El 22 de octubre de 2001 Rockstar regaló al mundo una joya del gaming que sentó varias de las bases que aun vemos en los mejores juegos sandbox de la industria, hablamos de Grand Theft Auto III. Aquel juego nos presentó a un personaje con el que podíamos hacer practicamente lo que quisieramos, siendo el principal motivante el robo de coches (de ahí el nombre). 

En aquel entonces, Dan Houser no lo sabía, pero introdujo un juego que revolucionó la industria para siempre, y cuya fórmula de éxito no hizo más que extenderse con cada entrega. Si bien a día de hoy varias de las mecánicas del juego se ven algo obsoletas, el principio básico del juego se mantiene hasta el día de hoy.

Rockstar, muy fiel a su estilo, presentó el juego como una fórmula revolucionaria, en este caso dando el salto al 3D en tercera persona. Eventualmente, cada nuevo juego de la saga innovó con varios de los mejores avances que la tecnología de la respectiva época permitía, aquello hizo que cada nueva entrega fuera esperada con ansias y practicamente asegurada como un éxito; nunca fallaron.

En su día de estreno el juego sólo debutó en PlayStation 2 y Xbox, llegando a PC un años despues. Dicha fórmula se volvió rutinaria para Rockstar, repitiendo el mismo patrón con cada uno de sus siguientes títulos, es decir, dejar la versión de PC al último.

Como no podía hacer falta, el juego fue aclamado por fans y criticado por sectores políticos, al destacar el contenido explícito y violento del juego, un pilar fundamental para la esencia de la saga y que a día de hoy sigue vigente.

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