El mes de junio estuvo marcado por el tropezado debut de Mindseye, un juego que fue catalogado como el "sucesor de Grand Thef Auto", precisamente al saber que el estudio detras del juego contaba con ex empleados de Rockstar. Se trata del recien creado Build a Rocket Boy, un estudio británico que cuenta con 500 empleados, 300 de ellos trabajando de forma local en Reino Unido.

El debut del juego estuvo marcado por los bugs y glitches. Hablamos de un título al que le faltó tiempo de cocción, lanzado de forma prematura y que aun con el pasar de las semanas, no tuvo respuesta por parte de los creadores para intentar parchear los fallos. A tal punto de fracaso llegó que Sony debió admitir el reembolso del juego ignorando el tiempo límite para devoluciones permitido, una debacle total a nivel crítico y económico.

Build a Rocket Boy ha anunciado que empezarán a hacer recorte de personal, el cual pasará por más de 100 empleados perdiendo su lugar en la compañía. Los despidos tomarán lugar en un periodo de 90 días como estipulan las leyes de protección al trabajador de Reino Unido. Para final del trimestre, se habrá desecho de más del 30% de sus empleados.

Mindseye se suponía que iba a ser el puntapie inicial de la compañía, y todo terminó en pérdidas que incluso amenazan con el cierre total de la compañía. El juego aun en las vitrinas de venta tiene pocas chances de remontar, y menos aun si no hay garantía de parches para ser remendado.

Fuente: IGN

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