Cuando Demon's Souls debutó en el 2009, la recepción del juego no fue la esperada. Los jugadores se encontraron con un título extremadamente dificil y con un castigo al fallo frustrante e incluso injusto para algunos. Fue entonces cuando se hizo evidente que dicho título no era para todos. Shuhei Yoshida, para aquél entonces el presidente de Sony Interactive Entertainment, sabía que el título, a pesar de ser de nicho, tenía un potencial especial para ser un éxito.

Sin embargo, desde FromSoftware no pensaban así. Quizas subestimando sus propias capacidades o en un acto de honestidad deslumbrante, al compañía creadora de Demon's Souls no quería que un próximo título del mismo estilo metiera las manos al fuego en un título tan arriesgado como lo sería Dark Souls. Su premisa era simple: Mantener un paso prudente, como ocurrió con Demon's Souls y disminuir la cantidad de público objetivo al que estaría disponible. A este punto, FromSoftware y Sony no mostraban mucha confianza mutua.

Recordemos que Demon's Souls fue publicado exclusivamente para PlayStation 3 en 2009 y con un estreno inicial solo en Japón. El título llegó a norteamérica a través de Atlus varios meses despues y a Europa a través de Bandai, tras probarse moderadamente en el público oriental, sin lograr números muy despampanantes. Es en este contexto que la idea de estrenar Dark Souls mundialmente, un juego hecho con el molde de dicho antecesor, era un riesgo altísimo.

Para 2011 Hidetaka Miyazaki ya tenía su próxima obra maestra lista, Sony ya había visto los estragos generados por un título que logró rentabilidad, pero no lograba convencer del todo. Y fue entonces cuando Bandai Namco tomó las riendas de la distribución. En dicho año, Bandai tomó el riesgo de públicar el juego a nivel mundial y en varias plataformas: PlayStation 3, Xbox 360 y PC. A dicho aliado comercial le debemos que dicha franquicia sea lo que es ahora, incluso con el resto de títulos denominados soulsborne que vemos hoy en día.

Dark Souls se convirtió en un fenómeno sin precedentes, con varios competidores incluso intentando replicar parte de su fórmula. Cuatro años despues, en 2015, FromSoftware tenía lista una nueva IP que prometía lo mismo que Dark Souls logró en su momento: Bloodborne. Fue aquí cuando Sony sí que confió plenamente en ellos, a través de Japan Studio financió el proyecto y lanzó la obra maestra como un exclusivo de PlayStation 4.

Fuente: Gamerreporter

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