En el caso de la Switch 2, Nintendo añadió un pequeño conector justo al lado de la pantalla, donde esta se conecta con el joycon, el cual se ve demasiado pronunciado, lo que supondría accidentes donde el usuario rompa dicho pin. A pesar de ello, dicho espacio tiene una hendidura casi del mismo tamaño que el propio conector, por lo que, en principio, no sería tan facil de romper.
Críticas similares surgieron cuando se lanzó la Switch en 2017, pues se creía que los joycons no se ajustarían por completo a la pantalla, lo que provocaría que esta se deslizara y cayera mientras el jugador sostenía solo los joycons. Aquello se solventó con unas almohadillas anti-drift que no podían ser apreciadas por completo en los trailers promocionales.
En todo caso, el nuevo diseño parece estar hecho con el propósito de evitar dicho drift, dando una sensación de seguridad más grande cuando se usa los joycons conectados, pero con una sensación de peligro latente a la hora de sacarlos o ponerlos.