The Game Awards es tendencia en todos lados y lo seguirá siendo hasta el 12 de diciembre, son los encargados de dar el premio más prestigioso de los videojuegos, y aunque una gran parte del público no se tome tan a pecho la relevancia de estos premios (incluido este humilde escritor), por algun motivo, la mayoría crea foros de debate al respecto, y al menos hemos encontrado uno con un tema muy interesante. ¿Cómo sería una categoría para los premios a los peores juegos del año?

No podemos hacer la vista gorda con todos estos títulos, y para bien o mal, se convierten en tendencia. Los números bajos también son sorprendentes. y esto el público lo sabe muy bien. Tal es el recibimiento negativo que son la mejor carne de cañón para chistes y bromas, incluso más que los propios éxitos. 

A modo de broma, alguien ha hecho una categoría ficticia de The Game Awards para premiar a los premios DEI con peor recibimiento comercial y crítico:

La captura de pantalla es obviamente un fake, The Game Awards nunca metería mano de una triquiñuela tan humillante, aunque le sobraran ganas, y seguramente la rompería, pero todos los comentarios al respecto nos hace pensar que, con algo de organización, se podría crear una gala de premios para estos hijos del desastre. Todo hecho con mucho humor y total falta de pretención, dejando el destino de las votaciones 100% al público, con varios nominados para que ninguno se sienta solo y apuntado. ¿Por qué no?

La idea de hecho llevaba rondando ya varios años, y sería algo parecido a lo que hacen los Razzies, los famosos anti-Oscar de la industria del cine. Pero claro, sería una gala donde ningun productor y desarrollador querría atender. De hecho, en toda la historia de los Razzies, solo una actríz ha asistido a recoger su premio, la recordada Halle Berry en 2005.

Eso sí, en la industria de los videojuegos, los fracasos abundan más, y parece ser que el fenómeno se hace más grande con los años, para lamento de nosotros. Al menos estaremos curtidos en ideas frescas para burlarnos de ellos cuando sigan ocurriendo irremediablemente. Las risas también hacen parte de esta cultura, es una forma de crítica más que válida e incluso necesaria, entre tantos literatos sin tacto ni carisma que humillan sin compasión el esfuerzo de otros, en algunos casos, porque alguien de arriba así lo mandó. Como decía el gran Leslie Nielsen: "Si haces reir, no te pegan".

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