El punto máximo de la ironía es que Nintendo también promocionó su museo como un espacio para la preservación de sus productos, tanto que todas las consolas lanzadas en su historia se encuentran presentes en dicho edificio, con hardwares y juegos originales que algunos visitantes con privilegios pueden probar.
Hay muy poco margen para defender dichas acciones de Nintendo, muchos apuntando que, quizas en el mundo, son los únicos autorizados a realizar dicha práctica. Pero el grueso de las observaciones apuntan a que Nintendo actua de forma deshonesta, utilizando un software que durante años han perseguido para darles exterminio.