La semana pasada os contamos el caso de la prohibición de Outlast 2 en Australia por contar con escenas sexualmente violentas. Ahora Red Barrels tendrá que modificar algunas escenas si quiere que el juego salga en ese territorio.

Afortunadamente todavía quedan personas sensatas. El senador demócrata australiano David Leyonhjelm acaba de criticar en un discurso en el senado al gobierno y al sistema de clasificación de videojuegos local.

"Este videojuego tiene lugar en un mundo de fantasía que implica a todo tipo de criaturas, tanto humanas como no humanas. La mera sugestión de un encuentro sexual fuera de cámara ha sido suficiente para que sea prohibido por la Australian Classification Board".

"Estas decisiones se toman bajo la falsa presunción de que todos los jugadores son menores de edad que se impresionan con todo lo que ven" y critica que se censuren videojuegos cuando en Internet "se pueden encontrar fácilmente imágenes que implican a gente de carne y hueso. Esta censura se produce porque se analiza un medio que alguien no aprueba o entiende."

"Los videojuegos no le hacen daño a nadie y el Gobierno y el sistema de clasificación por edades deberían dejar a los jugadores tranquilos."

Según Leyonhjelm. el sistema de clasificación por edades no debería censurar el ocio digital, sino ordenarlo en función del público.

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