Japón celebró recientemente elecciones legislativas, donde el partido de extrema derecha Sanseito (Hazlo tú mismo) quedó en cuarto lugar y ahora tiene 14 escaños en la cámara baja del parlamento japonés.

Como era de esperar de este espectro político, sus propuestas incluyen retórica antiinmigratoria y una idea que afecta directamente a la cultura pop del país: El anime y el manga. Declaran que el gobierno tiene un papel activo para garantizar que el manga, el anime y los videojuegos representen un desarrollo cultural saludable .

Obviamente, la polémica generó críticas de varios autores en el país nipón, como Hikaru Yuzuki (Amai Seikatsu) quien cuestionó en redes sociales la autoridad moral del partido para definir qué sería o no saludable: "Después de todo, ¿qué significa 'saludable'?". Hideki Arai (The World is Mine) también reaccionó con ironía, preguntando si podía criticar la propuesta: "Puedo criticar eso, ¿verdad?".

Hiro Arikawa (Library Wars) fue aún más incisivo en su discurso, al afirmar que es alarmante que el gobierno esté intentando controlar la cultura:

"Lo que piden es peor de lo esperado... Es alarmante que el gobierno intente restringir y controlar la cultura. Mi humilde esperanza de que 'La Guerra de las Bibliotecas' no se convierta en una historia profética se ve amenazada".

La obra de Hiro presenta la censura estatal de libros, lo que termina sonando inquietantemente similar a la idea del partido. El partido, a su vez, intentó suavizar el argumento afirmando que no les interesa controlar los derechos creativos ni la censura, pero no aclaró cómo promoverían este supuesto desarrollo saludable.

Fuente: Anmtvla

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