Fennell ha confesado, en una entrevista en TIME que dicha secuencia de la bañera fue la primera que imaginó en su cabeza y que siempre le pareció algo muy sexy. "La primera imagen que imaginé de la película, en la que me inspiré, fue la de Oliver diciendo: 'No estaba enamorado de él', para justo después lamer el fondo de la bañera (después de que Felix la usara). Construimos ese baño y esa bañera", prosigue la directora. "Es decir, creo que dice mucho del tipo de mundo en el que nos estamos moviendo aquí, con esa bañera en el centro", añade.

"Parece diseñada para ser vista. Estas casas están construidas para el voyeurismo porque el servicio necesita poder ver sin ser visto", indica. Según la cineasta, el erotismo y el horror se juntan en esta escena. "Hay mucha tensión erótica, pero también cierto horror, porque te van a ver haciendo cosas que no debes. El baño nos servía como una buena metáfora de eso: un lugar donde las cosas son privadas y, al mismo tiempo, públicas. (...) Para mí, la escena del baño es una escena increíblemente erótica. Es emocionante en todos los sentidos: es divertida, íntima, chocante, repugnante e insólitamente sexy"

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