Al parecer, al intérprete no le dieron un formulario de declaración, pero al llegar a la aduana la cosa se ha torcido: "Él cooperó en cada paso a pesar de que fue un chantaje incompetente, una comedia total de errores que haría una película policial muy divertida", explican fuentes cercanas al actor a People.
A pesar de esto, Arnold ha aceptado pagar los impuestos sobre el reloj para poder seguir su viaje, una cuantía que ascendía a más de 10.000 dólares según el medio TMZ, aunque otros como Bild explicaban que era cerca de 35.000 euros, incluyendo ya impuestos y la multa. "Si la mercancía permanece en la UE, hay que declararla en la aduana. Esto se aplica a todos, ya sea que se llamen Schwarzenegger o Müller, Meier, Huber", dijo un portavoz de aduanas al medio alemán SZ.