"Casi morimos en las primeras semanas cuando estábamos filmando en Kauai, en el archipiélago de Hawái. Una mañana nos dijeron que nos quedáramos en el hotel y esperáramos un huracán más tarde ese día"
Estaba en la playa con Laura Dern, quien me preguntó: ‘Sam, ¿crees que podríamos morir hoy?’ A medida que estas enormes nubes negras se acercaban sobre el Pacífico, descubrí que tenía que decirle que, con toda honestidad, la respuesta era sí, pensé que podríamos"